sábado, 20 de febrero de 2021

EL MESTIZAJE


Guayasamin ha aunado la fuerza de la temática indígena con los logros de las vanguardias de principios de siglo, especialmente el cubismo y el expresionismo. En 1957 recibió el Premio Mejor Pintor de Sudamérica, concedido por la Bienal de São Paulo, Brasil.

En 1968 presentó su segunda serie de envergadura, titulada La edad de la ira, compuesta por 260 obras que se agrupan por series (Las manos, Cabezas, El rostro del hombre, Los campos de concentración, Mujeres llorando), en las que el pintor recoge diversos elementos de su experiencia vital, para plasmar en una deslumbrante sucesión de telas, el drama y la tragedia del hombre de nuestro tiempo:
“La pesadilla del hombre que se extiende, el miedo a una guerra atómica, el terror y la muerte que siembran las dictaduras militares, la injusticia social que abre una herida cada vez más profunda, la discriminación racial que destroza y mata; están carcomiendo lenta y duramente el espíritu de los hombre en la tierra.” “Mientras haya gente que aprenda a matar, existirán las víctimas. En la Historia de los tiempos tiene que alborear el día en que el soldado no tenga razón de ser.”

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